Y después dicen que los argentinos somos chantas. Ja! El otro día iba caminando por la plaza del barrio y descubrí, disimulada entre una multitud de otros afiches, la publicidad de una organización que tiene como fin ayudar a los que no quieren pagar boleto en el transporte público. Con página web y todo.
El sistema es así: una tarjeta mensual para viajar ilimitadamente dentro de la ciudad cuesta 400 coronas suecas; "colarse" en el tranvía o el colectivo implica el riesgo de una multa de 800 coronas. Solución: la organización propone una membresía de 100 coronas mensuales y se hace cargo de las posibles multas en caso de ser descubierto por los controlantes. En su página de internet tienen un link con una lista detallada de consejos y estrategias para colarse según las ciudades y los medios de transporte. Hasta se incluye una descripción que ayuda a identificar a los controlantes que trabajan sin uniforme, vestidos "de civil".
Qué me contursi? Eso para los que siempre se quejan de la avivada argentina. Salvo que el fundador de esta organización sea un argentino desarraigado que se entretiene importando nuevas ideas para aumentar los índices de corrupción en la sociedad sueca...
Tres!!